

Harry Potter y la Piedra Filosofal
Harry Potter y la piedra filosofal es el primer libro de los siete acerca del joven mago Harry Potter, escritos por J.K. Rowling. Salió a la venta el 30 de junio de 1997, y se hizo una película basada en el mismo en 2001 .
El libro y la película en Estados Unidos salieron bajo el título de Harry Potter y la piedra del hechicero, pues los publicadores querían que el título mostrase que se trataba de magia y hechiceros y fuera entendible para el público, a pesar de que la piedra filosofal es un objeto mítico que tiene leyendas desde hace muchos años.
Este libro es uno de los libros más vendidos y traducidos de la historia, superado levemente por Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes.
Si bien no ha sido el objeto de la autora impactar sobre la literatura universal por su estilo, el academico franco americano Daniel Herrendorf propone desde 2003 a la Academia Sueca, y a nombre del Fondo de cultura y mecenazgo del sur, que considere la obra para el Premio Nobel de Literatura, peticion que Herrendorf reitera anualmente.
Harry Potter no es quizá una historia demasiado original, cumpliendo casi a la perfección el paradigma de 'niño con destino criado por amenazadores e incomprensivos extraños'. Pero la lectura del libro es francamente entretenida, divertida y fascinante en ocasiones. Está lleno de detalles de ingenio -sobre todo en la descripción del colegio de magia donde Harry acabará estudiando las artes de la hechicería. Así, Harry, hijo de dos magos muertos en un enfrentamiento con el archienemigo de sus padres, Voldermort, es famoso desde pequeño por haber eliminado a ese mismo Voldemort -aunque él no tenga el más mínimo recuerdo del hecho- y es enviado a vivir con una desagradable familia de mundanos. Más tarde, Harry ingresará en el colegio de magia y a partir de aquí empezarán sus verdaderas aventuras, rodeándose de fieles amigos y enconados enemigos... aunque estás categorías no son siempre las que parecen a la primera.
Para mí lo mejor del libro son las ocasiones donde Harry falla o está a punto de cometer un error imperdonable, sorteando la autora congracia y dignidad esas situaciones de forma que Harry no cometa un error que otros autores desarrollarían mediante una extensa redención del personaje que además sería innecesaria: Harry comete los errores justos y necesarios y también posee las dudas justas y necesarias (después de todo, el lector tiene que poder identificarse con el personaje, aunque sea un mago de destino evidente) y aprende de ambos lo justo y necesario.
Con esta curiosa mezcla de fantasía (dragones, unicornios y gnomos) y novela sobre niños en la escuela (matones, enemigos de patio de recreo y profesores hueso), la historia de Harry Potter se inscribe por derecho propio entre las mejores novedades de la literatura infantil. Además, es posible leerla a casi cualquier edad y disfrutar de ella, un logro considerable en cualquier género.
Para mí lo mejor del libro son las ocasiones donde Harry falla o está a punto de cometer un error imperdonable, sorteando la autora congracia y dignidad esas situaciones de forma que Harry no cometa un error que otros autores desarrollarían mediante una extensa redención del personaje que además sería innecesaria: Harry comete los errores justos y necesarios y también posee las dudas justas y necesarias (después de todo, el lector tiene que poder identificarse con el personaje, aunque sea un mago de destino evidente) y aprende de ambos lo justo y necesario.
Con esta curiosa mezcla de fantasía (dragones, unicornios y gnomos) y novela sobre niños en la escuela (matones, enemigos de patio de recreo y profesores hueso), la historia de Harry Potter se inscribe por derecho propio entre las mejores novedades de la literatura infantil. Además, es posible leerla a casi cualquier edad y disfrutar de ella, un logro considerable en cualquier género.
Con más de 100 millones de ejemplares vendidos en 46 idiomas, Harry Potter se ha convertido en todo un fenómeno editorial. Tales antecedentes hacían presagiar la adaptación a la gran pantalla de las aventuras de este aprendiz de mago que, después de quedar huérfano, lleva una vida de cenicienta en casa de sus tíos Vernon y Petunia. Al cumplir los once años, conoce que sus padres fueron asesinados por el mago Lord Voldemort y que él sobrevivió al ataque de forma milagrosa. Harry es invitado a viajar al internado Hogwarts, en el tren que parte del andén 9 ¾, en la estación King's Cross de Londres. En la escuela, donde traba amistad con Hermione Granger y Ron Weasley, descubre sus grandes dotes; pero también ha de superar aventuras que pondrán en peligro su vida. El comienzo del rodaje de la primera entrega, Harry Potter y la piedra filosofal, se dio a conocer coincidiendo con la publicación del cuarto volumen. Para despertar cada vez más interés conforme se acercaba la fecha del estreno, Warner Bros. siguió la probada estrategia de lanzar bocaditos de información de un rodaje envuelto en el misterio. En Internet se pudieron seguir primero noticias, después fotos y, unas semanas antes del estreno, el primer trailer.
Los preparativos para el filme se remontan a 1997, cuando David Heyman, que acababa de regresar de Hollywood a Londres para fundar su propia productora, se aseguró los derechos tras prometer a la autora -Joanne K. Rowling- que su filme se mantendría fiel a la novela. Tras firmar el contrato con Warner seleccionó como director a Chris Columbus, porque -así se dijo oficialmente- en Solo en casa y en Mrs. Doubtfire había demostrado que sabía trabajar con actores infantiles; a su favor tenía además que también él había jurado fidelidad a la letra de Harry Potter. Mientras que a Rowling no le importó que tanto el director como el estudio de producción fueran norteamericanos, para trabajar delante de la cámara exigió autores británicos sin excepción; en definitiva, el mágico mundo de Harry Potter es genuinamente inglés y un Harry Potter con acento norteamericano resultaba inimaginable. Quedaban así fuera de juego conocidos actores infantiles como Haley Joel Osment (El sexto sentido) o Jake Lloyd (Star Wars. La amenaza fantasma); toda Inglaterra se batió en busca del Harry Potter ideal: un muchacho, según Heyman, "que pudiera expresar curiosidad y sorpresa; pero que contara con experiencia de la vida; en definitiva, un alma vieja en el cuerpo de un niño". En agosto de 2000, el Presidente de la Warner anunciaba que se había seleccionado a Daniel Radcliffe para el papel de Harry Potter, así como a Rupert Grint y a Emma Watson para los de Ron y Hermione. Pese a las declaraciones de Heyman, con su cara de buen chico Daniel Radcliffe no acaba de hacer creíble que el Harry Potter del filme posea un alma madura, del mismo modo que Emma Watson resulta demasiado mona para la Hermione de la novela. De los tres niños, Rupert Grint demuestra el mejor dominio de la mímica. En cuanto a los actores adultos, se ha reunido un elenco de actores británicos prácticamente insuperable: Richard Harris en el papel del director Albus Dumbledore y Maggie Smith en el de Minerva McGonagall. Para recrear el ambiguo personaje del profesor de pócimas mágicas Severus Snape, ninguno mejor que Alan Rickman. Y lo mismo puede decirse de John Cleese para el de Nick casi decapitado.
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